Uno de los eventos que sin duda marcaron a los mexicanos durante la última década del siglo XX fue el Eclipse Total de Sol que pudo verse a lo largo del territorio nacional, así como en el centro y sur del continente americano.
Con este eclipse, que tuvo lugar el jueves 11 de julio de 1991, ocurrió lo mismo que con la muerte de algún personaje famoso o histórico: Todos recuerdan lo que hacían en ese momento. Además de la experiencia personal que cada persona tiene de ese día, hay varias anécdotas o hechos curiosos que hicieron de ese fenómeno algo inolvidable, mismos que recopilamos en estos puntos:
Debido a la gran región que abarcó y a su duración, este Eclipse Solar Total fue considerado el más importante del Siglo XX. Inició su camino en medio del Océano Pacífico y de ahí pasó por Hawái, México, Centroamérica y Sudamérica.
Su recorrido en la superficie de la Tierra fue de 15 mil kilómetros y duró 3 horas 29 minutos. En cada punto la sombra duró 6 minutos 53 segundos (el más largo de ese siglo); en la Ciudad de México inició a las 13:24 hrs.
Podría decirse que durante el paso del eclipse por México el país se detuvo. Por un lado la mayoría de los estudiantes se encontraban de vacaciones, y por el otro, la inmensa mayoría de las personas que se encontraban trabajando interrumpieron sus actividades para no perderse el fenómeno.
Y no sólo la gente vio cortada su rutina, hay registros de que los animales en granjas y zoológicos se retiraron a dormir, las aves volaron hacia sus nidos y varias flores se cerraron en cuanto desapareció la luz del sol.
Conforme se acercaba la fecha del Eclipse se comenzó a debatir sobre los peligros de presenciarlo directamente sin ningún tipo de protección en los ojos, sobre todo al finalizar la fase del anillo, cuando los rayos solares nuevamente llegan a la Tierra. Según se dijo, la radiación que se desprendía era capaz de quemar la retina, dañándola de forma irreversible.
El gobierno incluso formó la “Comisión Intersecretarial para el Eclipse 1991”, cuyo objetivo era mantener a la población informada sobre la importancia de evitar observar este fenómeno de forma directa. Repartieron filtros especiales, aunque para verlo era necesario tomarse varios períodos de descanso.
Tras el eclipse, el Sistema Nacional de Salud reportó que 96 personas fueron examinadas por supuestos daños a la vista, de los cuales 21 fueron diagnosticados con retinitis solar (13 en estadio I, 8 en estadio II). La mayoría de la gente atendida tenía entre 15 y 44 años y se expusieron al eclipse de 7 a 10 minutos sin haber usado ningún tipo de protección. En todos los casos recuperaron su vista de forma total en cuatro meses.
Con el paso del tiempo se aclaró que lo dañino para la vista es mirar directamente al Sol durante tiempo prolongado, sin importar si hay o no un eclipse.
El próximo Eclipse Total de Sol que pasará por territorio mexicano tendrá lugar el próximo 21 de agosto de 2017, aunque sólo podrá verse de forma parcial. Para el 8 de abril de 2024, alrededor de las 4 de la tarde, habrá otro eclipse similar pero que únicamente se apreciará en Sinaloa, Durando y Coahuila.
No obstante, para que se presente un Eclipse de características similares al de 1991 (tanto en duración como en cantidad de territorio nacional abarcado) se deberá esperar hasta el año 2132.
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