Un sismo o temblor es una sacudida momentánea de la corteza terrestre. Pero ¿por qué ocurre un temblor?
Resulta que la corteza terrestre no es uniforme, sino que está dividida en doce grandes zonas, que reciben el nombre de placas tectónicas. Cuando las placas tectónicas chocan y se rompen o se deslizan unas respecto a las otras, se libera una enorme cantidad de energía. Esta energía se propaga en forma de ondas produciendo un temblor o sismo.
La intensidad de un sismo se puede medir por dos escalas. La primera es la escala de Mercali, que se basa en los daños que el sismo ocasiona al hombre y a sus construcciones. La segunda es la escala Richter basada en las amplitudes de los gráficos que proporciona un sismógrafo. Un temblor de poca intensidad, por ejemplo uno menor a 3.5 grados Richter, no es perceptible sin instrumentos. Un sismo de entre 4 y 5.5 grados es perceptible aún sin instrumentos y casi no causa daños. Sin embargo, cuando se produce un sismo de intensidad mayor a 6 grados, los daños ya son considerables.
Por ejemplo, el sismo del 19 de septiembre de 1985 en la ciudad de México fue de 7.5° y causó graves daños. El sismo que sacudió a Puebla, Oaxaca y a otros estados el pasado 15 de junio llegó a tener una intensidad de 6.7° Ritchter.
Es impredecible e inevitable que ocurran temblores. En las estaciones sismológicas del país, a diario se registran más de dos sismos. Afortunadamente la mayoría de ellos tienen intensidades menores a 4.5°.
Un sismo tiene su origen generalmente por el movimiento natural de la tierra o reacomodo de las placas tectónicas. Aunque también se puede provocar cuando un volcán hace erupción, cuando existe mucha presión de agua en algunos puntos donde se encuentre contenida, o bien por experimentos nucleares que realice el hombre.
Un terremoto es sin lugar a dudas uno de los fenómenos más devastadores de la naturaleza, los efectos que se producen al experimentar un movimiento como este, resulta muy grave tanto para las construcciones como para las vidas humanas que en muchas ocasiones se pierden.Por esto, es muy importante que al comprar una propiedad, ya sea terreno o edificación, se realice un estudio geofísico y geológico que nos ayuden a verificar el riesgo del lugar ante un terremoto, es decir, este tipo de estudios, nos proporciona la suficiente información para saber si una casa o edificio se encuentran construidos en una falla geológica, además si tiene buenos cimientos para soportar un movimiento de tal magnitud como lo es un sismo.
Una casa puede presentar innumerables daños causados por un terremoto, como por ejemplo, fracturas en las paredes, desgajamientos en la tierra o incluso la total caída y pérdida del inmueble.Un estudio geofísico, se utiliza principalmente para examinar las condiciones magnéticas, eléctricas, campos electromagnéticos y fenómenos radioactivos que presenta el suelo.
Un estudio geológico, nos indica la composición interna de la tierra, es decir, prevención y entendimiento de los desastres naturales como tsunamis, terremotos, erupciones volcánicas, entre otros movimientos de masas.Las estas herramientas con las que contamos en EGS, podemos asesorarte para que estés 100% seguro de que el suelo que está debajo de tu construcción es confiable, además que dichos estudios te podrán aportar el conocimiento suficiente para que tu inmueble sea construido o reforzado con los cimientos y materiales adecuados, para soportar cualquier movimiento sísmico que la tierra por naturaleza presente.
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