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EL COLISEO ROMANO

Si hay un monumento que por lo conocido que es, no es necesario recomendar como un imprescindible para un viaje a Roma, sin duda este es el Coliseo romano, el gran anfiteatro de la antigua ciudad romana.

El Coliseo, que inicialmente fué conocido como el Anfiteatro Flavio, es en la actualidad una de las grandes atracciones turísticas de Italia. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el Coliseo ha formado parte también de listas que destacan las Siete Maravillas del Mundo.

Cuando vas a visitar el Coliseo, te encuentrarás ante un imponente monumento que refleja la gran importancia que tuvo en la antigua ciudad de Roma, Y en la actualidad, junto con el Foro y el Palatino, sigue ocupando un lugar central en la actual ciudad
.

El Coliseo se construyó entre los años 72 y 80, para sustituir a un anterior anfiteatro que había sido destruido por el Gran Incendio de Roma del año 64, y pasó a convertirse en el anfiteatro más grande de todo el Imperio Romano.

Con casi 200 metros de largo y 156 metros de ancho, y una altura de 48 metros, el Coliseo de Roma tenía capacidad para 50.000 espectadores. Pasó a ser conocido como el Coliseo pues el edificio se levantó junto a una gran estatua de bronce del Coloso de Rodas.

En el Coliseo romano se celebraban hasta el siglo VI espectáculos conocidos como Juegos, incluso tiempo después de que desapareciera el Imperio Romano. Estos espectáculos eran variados, pues en el Coliseo podías ver desde las famosas luchas de gladiadores y ejecuciones con animales, hasta batallas navales con la arena cubierta de agua.

A partir del siglo VI, el edificio del Coliseo romano tuvo diversos usos. Con diversos cambios de propiedad, desde la Iglesia, hasta familias nobles romanas, el Coliseo pasó a ser desde un cementerio, hasta una fortaleza.

En la Edad Media el edificio se fué deteriorando, tanto por su abandono, como por los terremotos. De hecho, un gran seismo a mediados del siglo XIV provocó el derrumbe de la fachada externa sur.

partir de entonces, el Coliseo empezó a sufrir un expolio de sus piedras, las cuales fueron utilizadas para construir iglesias, palacios e incluso el Vaticano.

Finalmente, en 1749 el Papa Benedicto XIV declaró al Coliseo como un lugar santo en memoria de los mártires ejecutados en el mismo, lo que significó una primer paso para la preservación del monumento


Ya en el siglo XIX se llevaron a cabo obras de asentamiento y reforma del Coliseo, y aunque durante la Segunda Guerra Mundialsufrió los efectos de los bombardeos, el monumento pasó a convertirse en un bien cultural de la ciudad de Roma.


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