Esta es una historia curiosa que aunque al parecer, resuelto está el misterio, bien puede ser sólo parte de la verdad. El que una persona pueda viajar en el tiempo, por ejemplo mediante hipnosis y ver acontecimientos futuros no es algo extraño. Hay varios casos famosos al respecto como por ejemplo Julio Verne, un personaje muy extraño.
En fin, para el año 1898 en la ciudad de Nueva York, se publica un libro, en formato de novela, titulado “Futility”cuyo autor era el norteamericano Morgan Andrew Robertson(1861 – 1915) cuya especialidad eran los relatos de alta mar. Poseía más de 10 años de navegación en la marina mercante y toda una infancia vinculada al mar ya que su padre había sido capitán de un barco.
En el texto de la novela se relataba el hundimiento de un barco llamado Titán, cuyas características eran muy similares al Titanic, tragedia ocurrida 17 años después de la publicación, el 15 de Abril de 1912. Existen, al menos una decena de asombrosas similitudes entre ambas embarcaciones (aunque algunos señalan que son producto de modificaciones hechas en la segunda edición para asimilarse más al Titanic ya hundido) lo que lleva a preguntarse si el autor del relato tuvo algún tipo de visión en forma espontánea sobre la tragedia o bien poseía algún tipo de poder sobrenatural que le permitía ver acontecimientos que estaban por ocurrir. Algo así como el llamado Nostradamus de América, Edgar Cayce (1877 – 1945) que mediante una autohipnosis podía ver acontecimientos futuros tanto para la humanidad como para individuos.
Dentro de las visiones, intuiciones o premoniciones que los seres humanos tenemos, hubo casos de personas que en los días previos a la partida del Titanic tuvieron sueños premonitorios de que una tragedia ocurriría y cancelaron sus pasajes. Entre ellos estuvo el banquero J. P. Morgan quien canceló su pasaje estando todo su equipaje a bordo.
Continuando con el caso del Titán, entre las similitudes más sorprendentes están:
- Ambos era barcos de pasajeros y los más grandes jamás construidos. Capaces de transportar cerca de 3.000 personas. Ambos poseían 3 hélices.
- El Titanic desarrollaba una potencia de 46.000 HP y el Titán 40.000 HP.
- Ambos llevaban escaso número de botes salvavidas.
- Ambos barcos estaban considerados como insumergibles.
- Los dos barcos inician su triste viaje en el mes de Abril.
- Ambas naves chocan con un Iceberg alrededor de la medianoche y se sitúan a pocas millas de distancia entre uno y otro.
- Ambos naves eran propiedad de empresas navieras Británicas cuya sede estaba en Liverpool y con oficinas en Norteamérica.
- Ambas naves hacían la ruta entre Nueva York e Inglaterra con la salvedad de que lo hacían en sentido inverso.
En la novela de Robertson fallecían en el Titán unas 3.000 personas, sobreviviendo tan solo 13. En el Titanicfallecieron 1.522 personas, sobreviviendo tan solo 705.
¿Es posible que toda la novela de Robertson entre dentro del marco de la teoría de las probabilidades? Hay información a la que pudo haber tenido acceso y que podría haber utilizado para crear el relato. Por ejemplo un par de investigadores, Eaton y Hass (libro publicado “Titanic, destinado al desastre: las leyendas y la realidad”) encontraron un texto fechado en Londres de 1892, publicado en el New York Time de la época (Septiembre 17) que señala lo siguiente, cito: “La Compañía White Star ha encargado a los grandes constructores navales de Belfast, Harland & Wolf, la construcción de un buque de crucero para el Atlántico que batirá todos los récords de medidas y seguridad. Ya ha sido bautizado con el nombre de Gigantic, tendrá una eslora de 213 metros, una manga de cerca de 20 metros y tendrá unos 45.000 HP. Se calcula que podrá viajar a 22 nudos a la hora, con una velocidad máxima de 27 nudos. Tendrá tres hélices, dos sistemas como el Majestic y la tercera en el centro. Deberá estar listo para zarpar en el mes de Marzo de 1894”.
El Gigantic nunca se construyó, pero ya para la época de la novela de Robertson la empresa White Star había construido el Oceanic (1871), el Britannic (1874), el Teutonic (1889) y el Majestic (1889).
Entonces, al estar Robertson vinculado al mundo del mar y en el supuesto de que haya leído la noticia antes mencionada no le fue difícil imaginarse el escenario del desastre y las características del navío de su novela.
Simplemente en un acto que podría calificarse de cuidar la “propiedad intelectual” decidió no incluir el “ic” al nombre de su barco para que no se asumiera vinculación alguna con la empresa británica White Star. Por otra parte, al ser Robertson un marinero informado, sabía de algunos desastres que habían involucrado incluso transatlánticos como el caso del Pacific (1856) que se hundió al chocar con un Iceberg; así pudo saber del caso del Arizona que en 1897 también chocó con un iceberg pero logró llegar a Islandia; el Concordia (1907) y el Columbia (1911) también reportaron casos similares. El peligro de los iceberg en el Atlántico Norte era o es bastante habitual por lo visto.
Un último dato curioso. Robertson decía que tenía un ayudante espiritual que desde el “otro lado” (plano astral) le ayudaba a inspirarse. ¿Y le mostraba el futuro?
Lo que me llama la atención después de examinar los antecedentes es el nombre de la novela, “Futilidad” que se puede asimilar con “Frivolidad”. Si se observan los recuerdos del Titanic se sabe que en él viajaba parte de la “crema y nata” de la alta sociedad Británica y Americana, había un derroche de lujo y riqueza tanto en la construcción del “barco de los sueños” como en parte de sus pasajeros. Es decir, algo bastante frívolo.
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